Las evaluaciones son las herramientas para la gestión del talento más valiosas para las empresas que tienen por objetivo reunir a los mejores equipos. Sin embargo, esto no lo tienen claro todas las organizaciones y todavía existen aquellas que tienen prejuicios sobre las evaluaciones de talento.
Así que a continuación nos vamos a detener en algunos de los conceptos erróneos más comunes y los que oímos con más frecuencia en torno a estas evaluaciones.
Todas las evaluaciones son iguales y miden lo mismo
Para nada. Las evaluaciones de talento no son todas iguales, ya que principalmente se diferencian entre sí en que cada una mide aspectos diferentes de las personas. De ahí que los consultores, antes de elegir unas u otras, deban pararse a pensar qué información quieren averiguar de los candidatos a un puesto.
En este sentido hay evaluaciones que miden comportamientos, otras que miden aspectos cognitivos y las que abarcan información más básica. Obviamente lo ideal es obtener cuanta más información del futuro empleado, mejor.
Una prueba también es válida
No, una prueba no es lo mismo que una evaluación. Una prueba es una medida de conocimiento y una evaluación es una estimación de la naturaleza, calidad o capacidad de alguien.
Con las pruebas podemos obtener respuestas correctas o incorrectas, mientras que con una evaluación esto no ocurre. Con una evaluación, al tratar perspectivas y diferencias, no hay respuestas válidas o inválidas.
Puesto que cada persona es única y diferente a otras, no podemos pretender tener respuestas iguales o tener unas que se consideren buenas y otras malas.
Las evaluaciones son lentas
Cinco o diez minutos no es mucho tiempo, ¿verdad? Pues esta es la duración que le llevará a una persona realizar una evaluación. Aunque si bien es cierto, todo dependerá de la evaluación que se elija.
Del mismo modo, también es cierto que no es necesaria una evaluación muy larga para descubrir gran información de los candidatos. Lo importante aquí no es el tiempo que se invierta en hacerlas, sino la calidad de las preguntas que se hagan.
Las evaluaciones son conjeturas
Las evaluaciones son representaciones fieles y precisas de las personas. Ahora bien, si el evaluado no toma en serio la prueba y responde al azar, evidentemente los resultados serán conjeturas y no se aproximarán a la realidad.
Con una evaluación es suficiente
Las evaluaciones son un plus para completar el trabajo de un consultor. A través de ellas se puede aprender muchísimo de las personas y así elegir a los mejores candidatos a un puesto. Aportarán una gran información sobre su comportamiento, motivaciones o inteligencia emocional.
Así que cuantas más evaluaciones se realicen o cuanto más detalladas sean, más exhaustivo será el retrato de los empleados.
Discriminan a los candidatos
Las evaluaciones miden los comportamientos de los candidatos, sus patrones de pensamiento, elementos de predicción, pero en ningún momento tienen intención de medir atributos físicos, el género, la raza, creencias religiosas u otros aspectos que puedan considerarse una fuente de posible discriminación.
Cualquiera puede hacer una evaluación
Para obtener resultados válidos es necesario trabajar con evaluaciones que cuenten con investigaciones que las respalden. Por lo tanto, cualquiera no puede realizar evaluaciones así por las buenas.
Los resultados son permanentes
Las circunstancias por las que pasa una persona a lo largo de su vida hacen que su forma de entender el mundo y responder a determinadas situaciones cambien de un día para otro. Así que los resultados de las evaluaciones no son permanentes, ya que estos cambian conforme lo hace la vida de los evaluados.
El desconocimiento en la gran mayoría de las ocasiones, por no decir todas, provoca prejuicios y falsas creencias. Y esto es lo que ocurre con las evaluaciones pese a todos los beneficios que pueden proporcionar a quienes las pongan en práctica.
No olvidemos que las evaluaciones no solo ayudan a una empresa a encontrar al candidato adecuado, sino que también pueden ayudar a una persona a encontrar su trabajo perfecto y así contribuir a la prosperidad de la organización. Quieran verlo o no, los detractores de estas, hay algo que está claro. Las evaluaciones son valiosas e imprescindibles en todo proceso de selección de personal y de desempeño personal. TTI SUCCESS INSIGHTS- Humberto Roselló